Invitado a un encuentro organizado por Oxfam Intermón en Sevilla, el profesor Giancarlo Castiglione, director de Forum Solidaridad Perú, coordinador del Grupo Nacional de Presupuesto Público e integrante de la Red Latinoamericana sobre Deuda, Desarrollo y Derechos (Latindadd), se reunirá con diferentes organizaciones que actúan contra la desigualdad extrema en Andalucía en calidad de especialista en participación ciudadana, descentralización, pobreza, inequidad y políticas públicas. Castiglione lucha desde su país contra la desigualdad a favor de la creación de un presupuesto público para las clases más populares. Pero la corrupción y la desigualdad ya no son solo un asunto de América Latina, ya que según afirma Castiglione las diferencias Norte-Sur se han disipado en buena medida tras la caída del Estado de Bienestar en Europa con la quiebra de la idea del progreso infinito. “Cuando leo un periódico de España parece que estoy viendo un periódico del Perú, con casos de corrupción por todos lados”, afirma.
¿Cómo participa desde Fórum Solidaridad en el Observatorio de Desigualdad de Andalucía?
Trabajamos con un esquema de multiactores. Somos organizaciones de diferente tipo y resulta complicado porque cada uno se dedica a un tema, desde organizaciones que se dedican a derechos del niño, otras a mujeres, otras son sindicatos… Y aunque resulta complicado, intentamos conectar con gente diversa y distinta, proponer, dar a conocer ideas que pueden dar riqueza al Observatorio que están empezando a crearse.
¿Qué cosas concretas pueden hacerse?
Debemos acercar las cifras de esta desigualdad a la población. Hay que visibilizar entre la gente cuántas empresas del IBEX tienen sede en un paraíso fiscal y, si no tuvieran sede en paraíso fiscal, cuánto tendrían que tributar. Y si lo hicieran en Andalucía, que impacto fiscal tendría. Hay una necesidad importante de territorializar los problemas, un aspecto que resulta clave. Visibilizar la injusticia, alimentar la indignación de la gente para traer algo distinto y nuevo.
¿Cómo trabaja su organización en los presupuestos a favor de los derechos de la ciudadanía?
Lo que nosotros empezamos a hacer, en el año 2008, fueron propuestas en el presupuesto nacional y a partir de 2009 hemos hecho presupuestos alternativos a los del Ministerio de Economía. Primero como un núcleo de cuatro instituciones especializadas y más tarde convocando a un conjunto de actores sociales que son los que conforman nuestro Grupo Nacional de Presupuesto Público.
¿Se aceptan sus propuestas?
En algunos casos nuestras iniciativas han sido asumidas o han servido para temas como reasignar recursos para mayores. Perú y Bolivia son los países de América del Sur que más informalidad laboral tienen. La gente ha trabajado toda su vida pero no ha accedido al sistema contributivo de la Seguridad Social, por lo que se planteó la propuesta de pensiones no contributivas para la gente que no ha tenido acceso al mercado.
¿Qué han podido conseguir?
En este caso de los adultos mayores, hemos planteado la posibilidad de una pensión no contributiva, como ya la hay en Chile y Bolivia, con regímenes políticos distintos, pero en el caso del Perú han cogido nuestras propuestas de base para terminar convirtiéndolas en otra cosa.
¿Cómo luchan en contra de la deuda externa que asfixia a los suyos?
Nosotros hemos propuesto desde el año 2012 que, para que haya sostenibilidad en el gasto social, se requiere una reforma tributaria integral, porque el ciclo de los precios altos de las materias primas está bajando y lo más sencillo ahora para los gobiernos es recortar gasto social. Y por ellos planteamos que no se están pagando los impuestos que se debieran y hemos hecho esta campaña conjunta para las transnacionales paguen lo justo.
¿Qué relación hay entre el concepto de pobreza y desigualdad?
El concepto de pobreza es mucho más restrictivo que el de desigualdad. En el caso de Perú por ejemplo la economía ha crecido mucho en los últimos años pero no todo el mundo se ha beneficiado por igual. Solo una pequeña porción de la población que se ha superbeneficiado y a la gente normal le ha goteado solo un poco.
Y aquí en España ¿cómo ve la quiebra paulatina que está habiendo del Estado de Bienestar?
En una reciente conferencia que he dado en Francia a jóvenes de un instituto, les advertí que si quieren saber cómo va a ser la sanidad de su país en los próximos 20 años, tomen un vuelo a Lima, vayan a un hospital y vean cómo está la gente. La sala de emergencia está apiñada, tirada en el suelo y en condiciones deplorables. Si tienes una enfermedad complicada y no tienes recursos, literalmente te puedes morir porque no tienes dinero. Y ese es el caso del tigre latinoamericano que ha sido el Perú, que ha sido el segundo en crecimiento económico en toda la región entre los años 2002 y 2012.
¿Las propuestas de su organización se pueden extrapolar a España y Andalucía?
La crisis no solo ha golpeado fuerte en Europa. También a los países de América Latina. En algunas naciones hay la caída y la subida rápida aunque en otros países está la caída brutal y el estancamiento, como ha ocurrido en el caso de España, y esto resulta una lección para las sociedades desarrolladas. Queremos aprender un poco de lo que han vivido ustedes como país de bonanza.
¿En qué cree que nos estamos equivocando?
Hay una cosa que yo les decía a esos jóvenes en Francia y es que yo venía del futuro porque esos temas de salud que ustedes pueden ver, esta lógica de que hay que atraer las inversiones, de que debemos hacernos atractivos para las inversiones, hay que desrregular lo laboral, hay que desproteger al trabajador, no hay que cuidar el medio ambiente, ha que cobrar menos impuestos para atraer a las multinacionales… todo eso es una carrera hacia abajo para todos nosotros.
¿Y qué hacer?
Ustedes tienen que ser conscientes es de cómo la precarización lenta y permanente de sus servicios públicos va a continuar, y eso no lo digo con afán profético. Lo digo porque existe un nicho de negocio gigantesco en los servicios de salud y educación. Es un nicho de negocio que prosperado mucho en América Latina y que ha permitido ganar cifras millonarias y aquí hay un mercado todavía por explotar.
¿Cómo ve las situaciones de desigualdad en comunidades como Andalucía?
La verdad que en regiones como ésta me sorprende que no haya una quiebra social más fuerte, y eso creo que se explica en una similitud que tienen también con mi país y es que las redes familiares ayudan a soportar ese tipo de circunstancias. Regresan las familias ampliadas, los hijos regresan con los padres, los hermanos se juntan, hace una dinámica de olla común, uno trae una cosa y el otro trae otra…; eso está bien en un momento determinado pero viendo que esta crisis se está prolongando, no es la solución.
¿Y cuál es?
Hay un tema que hay que analizar con más profundidad y es el modelo de esta sociedad de consumo que te dice ‘Si triunfas es por tu esfuerzo. Si tu fracasas es porque eres malo y no has podido salir adelante’. A mí me parece terrible gente que tiene dos y tres carreras y no puede encontrar trabajo o el que gana menos de mil euros en una sociedad como ésta donde con esa cantidad no se puede sobrevivir.
¿Cuál diría que son los sectores que se van a quedar en una clara desprotección?
Hay un sector en concreto muy preocupando dentro de las sociedades modernas como en España o Andalucía, que es el sector de los ‘ninis’, que ni estudian ni trabajan. Es una bomba de tiempo.
¿De qué manera?
Yo no sé si se ha hecho un estudio en relación de la precarización económica con la violencia intrafamiliar. De repente, los hijos están acostumbrados a que les presten el coche, les den un dinero para llevar un estilo de vida despreocupado y ahora no hay dinero para las cañas ni para las salidas. Y eso genera violencia intrafamiliar, tensión intrafamiliar al pasar de vivir una vida independiente a vivir de nuevo en el entorno familiar. Eso es también un retroceso en términos simbólicos.
¿Cómo ve el tema de la corrupción que se vive en España? ¿Le recuerda a casos de su país?
Cuando leo un periódico de España parece que estoy viendo casi un periódico del Perú, con casos de corrupción por todos lados. Como retrata un libro de Antonio Muñoz, es una corrupción que ha repartido el dinero para todos, de manera que es un poco más difícil de denunciar porque se ha ido para muchas ramas. Ahora los recursos son más escasos y si parte de ellos se va a en corrupción, nos estamos ahogando nosotros mismos.
¿Qué se puede sacar de positivo para la ciudadanía de todo lo que nos ha pasado?
Lo fundamental es desmitificar la idea de progreso infinito en las sociedades modernas. El planeta tiene también límites y hay que tomarlos en cuenta. Las propuestas de crecimiento cero o decrecimiento también resultan muy interesantes para países de Europa. O los esquemas de economía solidaria de algunos pueblos indígenas, que tienen constitucionalizadas sus prácticas del buen vivir, como ha ocurrido en Ecuador y Bolivia.
Publicado en Andaluces.es