Por: Gabriel Salazar Borja – Fórum Solidaridad Perú
Para llegar a Shapajilla y Parinari Capital, comunidades nativas del pueblo indígena Kukama, hay que subirse a un bote desde Nauta, por un lapso de cuatro a doce horas, dependiendo si es uno que va directo o es otro que hace paradas en varias comunidades ribereñas del Marañón. En ese trayecto, producto de la inusitada última sequía, algunas embarcaciones, al chocarse contra algún banco de arena por la disminución del caudal, han tenido algunos accidentes, inclusive fallecidos.
La accesibilidad es siempre un factor a tener en cuenta en la Amazonía peruana, que representa el 61% del territorio nacional. Inclusive en sus ciudades, como Iquitos, capital del departamento de mayor extensión en Perú: Loreto, la accesibilidad se alcanza solo por vía fluvial o aérea. La isla, como le dicen a Iquitos, está rodeada por tres ríos: el Amazonas, el río Itaya y el río Nanay. Loreto tiene un millón de habitantes, y la mitad se encuentra en su capital, considerada a nivel mundial la ciudad de mayor población sin acceso a carretera.
En este departamento, apenas un 63.1% de la población tiene acceso al agua potable (INEI: 2020). Por lo que juntar agua de lluvia en baldes, o recolectar agua de río, es un ejercicio cotidiano, y el único para las poblaciones que viven alejadas de las grandes ciudades; pues ahí simplemente no existe el agua potable. En el caso de las comunidades ribereñas del Marañón, lamentablemente el agua de río ha sufrido desde 1997 hasta el 2019 sesenta y tres derrames petroleros (OSINERGMIN). Y a nivel nacional entre el 2000 y el 2019 se registraron 474 derrames en la Amazonía y el oleoducto nor-peruano.
Sumado a ello, todo el departamento de Loreto –salvo la ciudad de Yurimaguas-, está fuera del Sistema Eléctrico Interconectado Nacional (SEIN). Loreto es también una isla energética, con al menos 179 pequeños sistemas eléctricos aislados – quema de petróleo en DIESEL. Es el departamento más dependiente de los derivados del petróleo, por lo que la propuesta de transición energética debe de ser muy bien adaptada a un territorio que aún se encuentra, en este aspecto, en un estadio previo al resto del Perú.
Toda esta situación se agrava por el desbocado avance del capitalismo mundial. La tala de árboles, las plantaciones de coca, la minería aurífera fluvial, el negocio del aceite de palma, la trata de personas, el sicariato y mucho más, en un territorio tan frágil, vuelve a Loreto una clara zona de sacrificio. Esa es la razón de la nueva ola de incendios forestales en toda la Amazonía: alrededor de 139,000 en el mes de septiembre (Instituyo Nacional de Investigaciones Espaciales, INPE por siglas en portugués).
Según información oficial en el Perú se han talado 2.7 millones de hectáreas de bosques en las últimas dos décadas, producto de todo tipo de negocios en la Amazonía. En nuestro país, esta realidad es incentivada constantemente desde los grupos empresariales y sus representantes políticos; y ahora último han recibido un gran empuje con la conocida Ley Antiforestal, vigente desde principios de año, que promueve la quema de bosques para la liberación y acaparamiento de tierras por parte de los negocios ya señalados.
Es bastante conocida la importancia de la Amazonía para el planeta, pues concentra buena parte de los bosques a nivel mundial, genera hasta el 20% del agua dulce del planeta, posee una inmensa biodiversidad, provee el 10% del oxígeno global, entre otras razones. Algunos culpan la destrucción de esta al calentamiento global, a las sequías, o a las costumbres ancestrales, pero eso no es cierto, es más bien la actividad humana producto del insostenible sistema capitalista lo que está causando tal fractura metabólica que parece no tener solución.
Cerca de millón y medio de poblaciones indígenas habitan toda la cuenca del Amazonas. En el Perú, la población indígena amazónica asciende a 219 mil según el censo del 2017 (INEI: 2017). Entre estos grupos se encuentra la población Kukama, y en particular las mujeres Kukama, quienes se han organizado en la Federación de Mujeres Indígenas Kukama Huaynakana Kamatahuara Kana –Mujeres Trabajadoras-, para defender su territorio.
En plena semana de incendios forestales, y en medio de la afectación al río Marañón producto de la mencionad sequía, las mujeres Kukama impulsaron varias reuniones para concientizar a sus hermanos y hermanas en la defensa de la naturaleza. Un poco antes, a fines de julio e inicios de agosto, se hicieron dos reuniones, en Puerto Auxilio y Leoncio Prado; y ahora último se realizaron otras dos, en Shapajilla y Parinari Capital, el 16 y 18 de setiembre, respectivamente.
En Shapajilla vive Mari Luz Canaquiri, y en Parinari viven Gilda Fasabi y Emilsen Flores; todas dirigentas de la Federación; al igual que en las otras comunidades también están presentes siempre las Huaynakana. Estas reuniones fueron bastante exitosas, a pesar del gran calor que hace, llegando a una sensación de 40°, nunca visto según testimonios de la población local. Esta situación es muy lamentable, tanto así que la quebrada de Parinari se ha secado.
En estas reuniones participaron también las autoridades locales, y el público en general. La presencia del Instituto de Defensa Legal (IDL) fue clave, para poder explicar los alcances de la sentencia en primera instancia que declara al río Marañón como un sujeto de derecho. Fue también de suma importancia visualizar una versión corta del Documental Karuara, que explica de manera pedagógica la cosmovisión Kukama. Toda la reunión fue dirigida por las lideresas de la Federación, quienes explicaron de manera clara cómo la defensa legal del río Marañón y sus afluentes son una herramienta más para la defensa integral de su territorio.
El río Marañón ya no es como antes: los peces han disminuido, y vienen contaminados, afectando directamente la salud del pueblo Kukama. Para poder frenar ello y otras graves afectaciones al río y sus afluentes, la sentencia en primera instancia ordena conformar instancias de representación local para defender los ríos ante los tribunales. Esta es una de las apuestas de defensa de la naturaleza más innovadoras a nivel nacional, que muchos esperamos se ratifique en la segunda instancia.
Del FOSPA a la COP 16
En nuestra región, la defensa de la naturaleza está teniendo varios caminos: en algunos países, como Bolivia, esta se encuentra ya plasmada en la Constitución, en Colombia tienen muchas sentencias que ordenan la defensa de la naturaleza. Sin embargo la gran mayoría de las veces la ley no se aplica. El avance del capital puede más, corrompiendo y generando todo tipo de negocios y emprendimientos a su paso, mientras la naturaleza va muriendo. Las realidades de cada país son distintas, pero lograr detener el llegar al punto de no retorno puede apoyarse muy bien en las leyes, pero depende en última instancia de la organización social.
El pueblo Kukama, liderado por sus mujeres, nos da esa esperanza. Esperanza que no solo se ve en las reuniones que tienen en sus propias comunidades, sino también en otros eventos, como el Foro Social Panamazónico de este año 2024, en la ciudad de Rurenabaque (Bolivia) cuando precisamente tres hermanas de la Federación participaron en el grupo de trabajo de derechos de la naturaleza, en la gran asamblea del FOSPA, así como en la movilización y el mitin principal; lo que dejó mucho ímpetu a varios otros líderes y también lideresas de cómo poder seguir peleando por defender el territorio amazónico.
Resultado de ello, las Huaynakana también han sido invitadas a participar en una actividad para la defensa de la Amazonía en la COP16, a realizarse en la ciudad de Cali (Colombia), este mes de octubre.
Fuente: Iinfostelle-Perú
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