Declaración del GCAP
Noviembre de 2023
El Global Call to Action Against Poverty (GCAP) pide el fin de la guerra en Gaza e Israel, empezando por un alto el fuego humanitario inmediato, la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes tomados por Hamás y el respeto de los derechos humanos de todas las personas en Gaza, Cisjordania e Israel, incluyendo el derecho a la vida, sin miseria ni miedo, con pleno acceso a alimentos, agua, educación y atención sanitaria. Una solución política duradera que garantice la paz y la seguridad para todos basada en la justicia, el derecho internacional y los derechos humanos, incluido el derecho a la autodeterminación, es el único camino posible.
GCAP condena, en términos inequívocos:
- La brutal masacre perpetrada por Hamás contra más de 1.200 personas el 7 de octubre de 2023, así como sus continuos ataques con cohetes contra Israel.
- El secuestro por Hamás de unas 240 personas, entre ellas más de 30 niños y 24 trabajadores inmigrantes de Tailandia.
- El bombardeo y la invasión desproporcionados e indiscriminados de Israel, que han desplazado a más de un millón de residentes de Gaza, causando la muerte de aproximadamente 11.000 personas, entre ellas miles de niños y ancianos, y han herido a muchos miles más.
- El bloqueo de Gaza por parte de Israel y Egipto durante 18 años, ha obstaculizado el desarrollo sostenible y ahora restringe gravemente el suministro de alimentos, agua y provisiones de emergencia.
- La expansión de los asentamientos israelíes y la ocupación de Cisjordania, que ha desalojado injustamente a los palestinos de sus hogares, ha fomentado las desigualdades, ha privado a los palestinos de sus derechos económicos y sociales y ha creado una fragmentación territorial que hace más difícil alcanzar una solución de dos Estados.
Los tribunales de justicia son los lugares donde deben juzgarse los crímenes de guerra, no el campo de batalla. Todas las partes en un conflicto tienen la obligación legal de respetar el derecho internacional humanitario y los derechos humanos, incluidos los derechos de las mujeres. Las mujeres corren un mayor riesgo de explotación y violencia de género en medio del conflicto, mientras que los niños constituyen aproximadamente el 40% de todas las muertes en Gaza desde el comienzo de la guerra.
En un momento en que las emociones están a flor de piel y los políticos y las plataformas de redes sociales amplifican la retórica, es importante reconocer que el apoyo a los derechos y la autodeterminación de los palestinos no es antisemita. Al mismo tiempo, el antisemitismo y la islamofobia van en aumento; no se puede aceptar ni permitir que triunfen ni lo uno ni lo otro.
Puede parecer remota una solución política al odio, la violencia y la historia que parecen definir las relaciones entre israelíes y palestinos, pero la tragedia, la pérdida de vidas y el caos del momento actual son un llamamiento urgente para que la comunidad internacional, incluida la sociedad civil, dé prioridad a la reconciliación, la paz y el camino hacia una solución basada en dos Estados. Al emprender este camino, es fundamental que todas las partes interesadas, especialmente las mujeres y las viudas, participen de manera significativa y tengan igualdad de voz en los procesos de paz y posconflicto. Debe promoverse una cultura de paz y no violencia mediante la educación de todas las generaciones y la enseñanza de la resolución de conflictos en las escuelas.
Aunque debemos ser conscientes de la historia, no debemos permitir que los horrores del pasado dicten un ciclo interminable de violencia y represión.
«No necesito venganza, nada me devolverá a los que ya no están», escribe Ziv Stahl, superviviente de la masacre del 7 de octubre. «Todo el poderío militar de la Tierra no proporcionará defensa y seguridad. Una solución política es lo único pragmático posible: estamos obligados a intentarlo, y debemos empezar esta labor hoy mismo.»
Unámonos a través de generaciones, culturas y naciones, para promover diálogos sociales y políticos, poner fin a la guerra y al sufrimiento, y salvaguardar los derechos de todas las personas, presentes y futuras.
Exigencias clave
- El fin de la guerra en Gaza e Israel, empezando por un alto al fuego humanitario inmediato.
- La liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes tomados por Hamás.
- Creación de corredores humanitarios en Gaza.
- Evacuación inmediata de los heridos graves de Gaza a instalaciones donde puedan recibir el tratamiento médico necesario.
- Poner fin al bloqueo de Gaza.
- Cumplimiento estricto del derecho internacional humanitario y respeto de los derechos humanos de todas las personas de Gaza, Cisjordania e Israel, incluido el derecho a vivir en un entorno seguro, sin miseria ni miedo, con pleno acceso a alimentos, agua, educación y atención sanitaria.
- Investigar y procesar ante la Corte Penal Internacional los crímenes de guerra cometidos en Gaza, Cisjordania e Israel,
- Despliegue de fuerzas de paz en Gaza y Cisjordania.
- Una solución política duradera: acelerar la reconciliación e implementar un camino hacia una solución de dos Estados.
Con este espíritu, el GCAP hace un llamamiento a la comunidad internacional -incluidas las Naciones Unidas, los gobiernos y la sociedad civil- para que demuestre su determinación urgente de poner fin a las guerras y los conflictos violentos que actualmente amenazan la seguridad y el bienestar de millones de niños, mujeres y hombres en más de 30 países, desde Afganistán hasta Colombia, la República Democrática del Congo, Etiopía, Myanmar Sudán, Ucrania y Yemen.
La guerra es un atentado contra los derechos de las generaciones presentes y futuras. El desarrollo no puede tener lugar en medio de la guerra, y la paz no es sostenible sin justicia. Debemos valorar la vida de todos por igual, desde la cuna hasta la tumba, ya sea la de un israelí, un palestino o la de alguien que vive entre la inseguridad y la pobreza lejos de los titulares.
La Seguridad para Todos exige que la comunidad mundial asuma su responsabilidad moral de defender los derechos humanos de todas las personas, identificar e implementar soluciones políticas justas y rechazar el uso de la fuerza militar.