Compartimos este artículo de Diario Uno, de nuestro compañero, Gabriel Salazar, coordinador para la incidencia y articulación de redes de Forum Solidaridad Perú – FSP.
Cajacho cuida cajacho. Con ese lema y de la mano del Estado, las juntas vecinales del distrito de Cajamarca impulsaron una campaña de brigadas sanitarias anti-covid casa por casa. No les distrae el debate de la segunda ola de Covid-19, ni la Fase 4 de la reactivación económica, ni tampoco las elecciones. Las juntas, aunque las cifras bajen, no bajan la guardia.
Creo que ese es el camino, impulsar un trabajo conjunto entre el Estado y las organizaciones territoriales en una estrategia comunitaria para encarar el Covid-19 en cualquier escenario posible. Ya hay experiencias que marcan esta ruta.
Por ejemplo, en Cajamarca. Al inicio, el virus se contuvo con las rondas urbanas y rurales. Sin embargo, exhaustas y sin mayor soporte del Estado, además de desbordadas por la fuerte migración, se replegaron apenas cayó el cerco comunitario. En ese momento, las cifras aumentaron y el miedo creció. Pero ahí entraron a tallar las Juntas Vecinales.
JUNTAS VECINALES
Las 24 Juntas Vecinales del distrito de Cajamarca organizan a sus 24 sectores. Cada sector cuenta con varios barrios. Por ejemplo, el Sector 18 contiene a La Florida, Aranjuez y Miraflores. Este nivel de organización les permite tener un conocimiento territorial de la zona. Algo fundamental para la contención del virus.
En esa línea, algunas juntas hicieron un Plan de Trabajo para contener el Covid-19, el cual les sirvió para conseguir una reunión con el alcalde de la Municipalidad Provincial de Cajamarca e implementar algunas pocas acciones contra el virus. Y aunque no recibieron tanto apoyo como desearon, la municipalidad les acreditó como Comando Covid.
ARTICULACIÓN
Además de ello, las juntas se articularon con el Gobierno Regional de Cajamarca y su red de salud, gestionando acciones de prevención y atención frente al Covid-19. De esta manera, las y los dirigentes de las juntas vecinales fueron buscando a cada una de sus autoridades, caminando institución por institución, tocando puerta por puerta.
Como resultado de ello, impulsaron la campaña Yo me apunto contra el Covid, de la mano del Gobierno Regional. “Identificamos las familias y personas más vulnerables, mayores, con comorbilidades, discapacitadas, y se les aplicaba la prueba rápida, tamizaje, y si era positivo se les aislaba y daba un kit de medicamento”, me explicó Miguel Chávez, presidente del Consejo Directivo de las Juntas Vecinales de los 24 Sectores de la zona urbana del distrito de Cajamarca.
CAJACHO CUIDA CAJACHO
De igual manera impulsaron la campaña Cajacho cuida Cajacho. La cual consistió en ir casa por casa y barrio por barrio, “aplicando una ficha técnica para identificación de personas vulnerables, consultándoles si alguna vez tuvieron un familiar con Covid o si tienen síntomas, aplicando la prueba rápida, y entregándoles un kit de medicamentos, si es que salen positivos. Esto, en los 24 sectores de la zona urbana de Cajamarca, con 74 voluntarios y de la mano del Gobierno Regional”, detalló el presidente del Consejo Directivo de las Juntas Vecinales.
En esa misma dirección, trabajaron con el Plan Tayta. “Coordinamos con el Gobierno Regional y con el ministro de Defensa una operación relámpago, donde nosotros nos involucramos en la difusión y buscamos los locales de intervención, asimismo identificamos a las personas vulnerables”, me comentó Chávez.
Como se ve. Las juntas han ido impulsando un trabajo articulado con el Estado en sus múltiples niveles, para así lograr suplir vacíos y conseguir el objetivo de contener el virus. Pero no todas han seguido el mismo camino.
Felizmente algunas continúan, y ahora último se preparan para trabajar de la mano con la Diresa, luego de haber tenido una reunión con la Dirección Nacional de Promoción de Salud para conformar los Comités Comunitarios Anti-Covid en el distrito de Cajamarca.
ES UNA SALIDA
Es cierto que tenemos un Estado fragmentado y un Gobierno central que aún no impulsa una fuerte política comunitaria articulada con los Gobiernos regionales y locales. Es cierto también que tenemos una sociedad fragmentada. En realidad todo se debe a un modelo que evidentemente ha fracasado. Pero frente a ello, las juntas vecinales nos demuestran, con ejemplos de esperanza, que si se puede cambiar.
Ellas avanzan a contra corriente. Es necesario que sigamos ese camino y que en particular el Estado centralice una estrategia comunitaria, con presupuesto, personal, logística y voluntad política asegurados. El virus no ha pasado. La segunda ola amenaza. Aún estamos a tiempo.
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