Por: Jesús Castro
Mientras presenciamos el proceso electoral cual cortina de humo, al mismo estilo dictatorial, y de un lado viene las acusaciones y por el otro los dimes y diretes; en el Congreso se cocina una nueva Ley Orgánica de Hidrocarburos.
Esta Ley, que en teoría beneficiará al país, evidencia graves preocupaciones, malestares, recorte de derechos y limitaciones en las obligaciones sectoriales.
El proyecto de Ley Orgánica de Hidrocarburos actualmente en discusión plantea explorar y explorar hidrocarburos no convencionales en Perú con la técnica denominada por los entendidos en la materia como fracturación hidráulica, hidrofracturación o estimulación hidráulica también conocida como ‘fracking’.
El fracking consistente en la fracturación de rocas madre o rocas depósito, para extraer gas y petróleo a través de la inyección por presión de fuertes cantidades de agua, arena silícea y un caldo químico.
Luego de perforar hasta alcanzar la roca con reservas de gas y/o petróleo, se inyectan a alta presión (alrededor de 5.000 atmósferas de presión) grandes cantidades de agua (miles de millones de litros) con una infinidad de aditivos químicos (un coctel de al menos 600 productos químicos altamente tóxicos) y arena para fracturar la roca y liberar el gas o el petróleo.
Contaminación Ambiental
Los riesgos más evidentes del fracking son por tanto la contaminación del medio ambiente debido al carácter agresivo de la técnica y más específicamente la contaminación de los reservorios de agua o de venas de agua que existen bajo la superficie.
Esta contaminación se produce debido al uso de químicos de impactos desconocidos, y consiguientemente problemas para la salud humana derivados del consumo del agua contaminada.
Esta técnica de explotación de hidrocarburos no convencionales genera desconfianza por los graves daños ambientales, de carácter irreversible, que ya viene provocando en cuenca hidrocarburífera del Marañón en las regiones de Loreto y Amazonas tras los subsecuentes derrames del oleoducto norperuano que transporta crudo pesado (heavy oil) y crudo liviano (light oil).
Ambos hidrocarburos se caracterizan por ser no convencionales pero el que más destaca es el crudo liviano, y tras los sucesivos derrames de miles de galones de petróleo entre los principales afluentes del río Marañón, los ríos Pastaza, Tigre, Corrientes, Morona, Imaza, han sido contaminados a tal nivel que se hace imposible recuperarlos.
Derechos Humanos
El fracking por consiguiente, plantea efectivamente graves peligros para las fuentes de agua y aumenta masivamente las emisiones de carbono del país. Más aún en una región tan sensible por su biodiversidad como es la región amazónica, una región ya de por sí muy vulnerable.
Sin embargo, sus poblaciones humanas son los directos afectados con el fracking van a ser varios pueblos indígenas, como los Achuar, los Kichua, y los Cocama.
Estos pueblos no serían los únicos en estar expuestos ya que también serían vulnerables las poblaciones indígenas de San Martín, Huánuco, Ucayali, Junín, Cusco y Madre de Dios y las poblaciones costeras, desde Tumbes hasta Moquegua. Sin dejar de mencionar a los Pueblos Indígenas en situación de aislamiento y contacto inicial.
Cambio Climático
Entre los principales riesgos del fracking está pues la contaminación del agua, tanto por el uso irracional de los aditivos químicos como por las fugas de metano, el gas que se extrae de la roca de lutita (estamos hablando de un contaminante 21 veces más poderoso que el dióxido de carbono, una nefasta contribución al cambio climático).
De igual manera, la probable ocurrencia de sismos, cuando no terremotos. Un estudio relaciona precisamente los terremotos con la inyección de aguas residuales, una de las técnicas que usa el fracking.
El gas metano se filtra a través de las grietas de las fallas artificiales hasta los acuíferos de los que se alimentan los pozos, los embalses, los lagos y los ríos.
Así pues, la técnica del fracking contamina los acuíferos, tanto que, aun cuando las explosiones se realizan en el subsuelo, las napas de agua siempre terminan contaminadas.
Fuente: Servindi