Juan Carlos Ruíz Molleda, abogado del Instituto de Defensa Legal (IDL), hace un balance de los procesos de consulta que se vienen llevando a cabo en el Perú. Ruiz lamenta el papel que vienen asumiendo los organismos competentes en la implementación de la consulta previa.
“El Ministerio de Cultura y el Viceministerio de Interculturalidad que es el órgano encargado de velar por el cumplimiento y el derecho a la consulta, intercede y le pide a los magistrados del TC que rechacen una demanda de una comunidad que simplemente se vio invadida por titulares de concesiones”. A continuación la entrevista publicada por Consultape.com:
– ¿A 6 años de la aprobación de la Ley de Consulta (2011) cuál es el balance en cuanto a su implementación?
Soy muy escéptico sobre la consulta previa por varias razones. Por ejemplo, en materia minera, los principales proyectos que están en territorio ancestral de comunidades no han sido consultados. En Cusco, por ejemplo, el proyecto Antapaccay, a cargo de Glencore; el proyecto Constancia de Hudbay; en Apurímac, el proyecto Las Bambas a cargo de MMG. En los proyectos petroleros, las consultas que se han hecho son muy cuestionadas. James Anaya, el anterior relator de las Naciones Unidas, cuestionó por ejemplo la consulta del lote 169 y fue muy duro. Incluso en un informe cuestiona y señala cuáles deberían ser los elementos mínimos que debe tener un acuerdo de consulta.
– Usted ha mencionado algunos proyectos que no han pasado por consulta, el caso del Proyecto Hidrovía que IDL estuvo asesorando ¿cuáles fueron los cuestionamientos?
La consulta del proyecto Hidrovía se realizó sin que los pueblos conozcan los impactos ambientales del proyecto, que es dragar ríos amazónicos para que pasen barcos de mayor tamaño. Es decir no se contaba con el Estudio de Impacto Ambiental (EIA). La causa es que dentro de la estructura de los proyectos de inversión pública, el EIA se aprueba al final. O sea decidieron sin saber los impactos, decidieron con los ojos cerrados. Y aquí hay un problema de fondo: yo creo que la consulta es un mecanismo de diálogo, pero hay que preguntarse antes si hay condiciones para el diálogo. Si no hay condiciones de diálogo, si hay asimetría entre las partes, como el caso de Hidrovías, los pueblos indígenas carecen de información sobre los impactos de este proyecto, no hay diálogo, lo que hay es la imposición de la parte más fuerte, claro está disfrazado de diálogo.