CASO HITLER ROJAS
ASESINATO E IMPUNIDAD
Cuando la vida de los ronderos y defensores del ambiente no vale nada
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“Yo no soy como aquellas autoridades que han sido, que siguen siendo de los que se venden por la plata. Aquella gente que está traicionando al pueblo, se está traicionando a sí mismo y no tiene pena desus hijos, de sus padres, ni de su pueblo»
A sólo seis años de pena privativa de la libertad ha sido condenado Alejandro Rodríguez García confeso asesino de Hitler Rojas Gonzáles, alcalde electo del centro poblado de Yagén, ultimado a quemarropa el 28 de diciembre pasado.
Los jueces, Germán Merino, Daniel Holguín y Severino Vargas, miembros de la Sala Colegiada de Justicia de Cajamarca han sido los responsables de dar sentencia en tiempo récord –a menos a 20 días después del crimen – y declarar el hecho como “homicidio simple” acogiéndose a la confesión anticipada del acusado.
Tras la sentencia la familia de Hitler ha expresado su disconformidad dado que señalan la existencia de una serie de pruebas y testimonios que no han sido tomados en cuenta en este proceso y que demostrarían que el crimen fue planificado, cometido con alevosía y ensañamiento.
Lo cierto es que, adicionalmente a lo señalado, desde el asesinado una serie de irregularidades y convenientes ausencias han rondado este caso que resulta un duro golpe para la lucha ambiental y social en la provincia de Celendín contra el proyecto Chadín 2 de la empresa Odebrecht. El primero de ellos, está relacionado con la negativa de Rommel Castillo Vivo, fiscal provincial mixto, y Carlos Núñez, fiscal adjunto del distrito de Cortegana a trasladarse hasta el centro poblado de Yagén para verificar el hecho y constatar los detalles del asesinato. Tras tres días en su espera, Hitler Rojas tuvo que ser enterrado luego de que un joven médico serumista realizara una improvisada autopsia y dos policías de Cortegana constataran el estado del cuerpo acribillado a 8 balazos.
De igual manera, llama la atención que los implicados – Rodríguez, su hijo y una tercera persona identificada como “Chota” – pudieran huir rápidamente hasta Cortegana, dado que para salir de Yagén no sólo se necesita recorrer varias horas en mula hasta el distrito de Bella Aurora, sino que además la salida de este lugar en carro solo se da o muy temprano ese día o contratando especialmente una movilidad con anticipación. Es decir que, estuvieron esperándolos para su huida.
Sobre el móvil del asesinato, de acuerdo a lo señalado por Alejandro Rodríguez, tras encontrarse con Hitler Rojas en el camino hacia Yagén, se produjo una disputa originada por el litigio de tierras que ambos mantenían desde hace algún tiempo. Al ser atacado, disparó en defensa propia. Sin embargo, esta versión se contradice con la de un testigo que afirma no sólo que no hubo tal discusión, sino que además fueron emboscados en el camino y que incluso Hitler no cargaba ese día ningún arma que pudiera significar una amenaza de tal gravedad.
Como antecedente a este hecho, está la denuncia contra Hitler Rojas a inicios del 2015, presentada por la familia Rodríguez luego de una pelea por los terrenos en mención, debido a que esta familia pretendía hacerse con ellos para venderlos a la empresa Odebrecht -encargada del proyecto Chadín 2- a la que se oponen las rondas campesinas de Celendín y el Frente de Defensa de los Intereses de Yagén, del cual Hitler era vicepresidente.
La impunidad como denominador común
Este asesinato no es un hecho aislado, sino que se enmarca en una constante agresión y criminalización de las rondas campesinas y los líderes sociales y ambientales en la provincia de Celendín (Cajamarca), que es escenario de varios proyectos mineros e hidroenérgeticos en la cuenca del Marañón. Anteriormente, Hitler ya había sido amenazado y denunciado por su lucha y resistencia contra el proyecto Chadín 2 al igual que otros ronderos. Otros casos que deben llamar la atención sobre lo que sucede en la zona son por ejemplo el ocurrido contra Walter Castañeda, actual consejero regional por Celendín, quien fuera atacado luego de que unos desconocidos dispararan contra la camioneta en la que iba. O el mismo Eduar Rodas, presidente de las rondas de Celendín, quien hasta el momento suma casi 40 juicios. En ambos casos, son dirigentes reconocidos por su lucha contra el proyecto minero Conga y ahora su papel en la resistencia contra Chadín 2.
Si bien es cierto, organizaciones de diverso tipo se han manifestado en solidaridad y preocupación por este asesinato – entre ellos la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos quienes han pedido que se garantice un debido proceso – lo cierto que es una condena de seis años porel asesinato de una autoridad electa y los constantes ataques de los que son víctimas los dirigentes sociales y ambientales de Celendín deja un mal precedente y un sentimiento de desamparo de los mismo ronderos y sus familias. Se palpa la injusticia para aquellos que viven lejos de las grandes ciudades y no tienen contactos que puedan asegurarles procesos justos.
Dadas las circunstancias, se presume incluso que la pena cont
ra Alejandro Rodríguez podría reducirse hasta la mitad de aplicarse eventualmente los beneficios penitenciarios, es decir, la vida de una persona incomoda a los intereses políticos o económicos, no vale nada para las autoridades.
Este miércoles se revisó el caso en el centro penitenciario de Huacaríz en Cajamarca al cual asistieron familiares y compañeros de Hitler. La sentencia permanece firme, seis años para el asesino. El pedido de justicia parece caer en saco roto y aunque la familia ha señalado que apelará en primera instancia, el tiempo y dinero no están de su lado.
Hitler Rojas deja una viuda y cinco hijos, deja también un pueblo acongojado por su muerte y lo que vendrá en esta lucha ambiental y social en la zona. Su muerte podría no encontrar justicia, pero si encontrará eco en ánimo de la gente que lo conoció y que seguirá en la lucha por defender sus recursos, sus territorios y sus vidas.
Para Hitler Rojas, justicia
Para las Rondas Campesinas, protección y solidaridad
Romina Rivera Bravo
Forum Solidaridad Perú